Es tiempo de recogimiento y distanciamiento social. La pandemia del coronavirus COVID-19 nos azota con inusual saña provocando en nosotros una sensación de incertidumbre, y obligándonos a cambiar todos nuestros quehaceres habituales. Usar nasobuco, evitar aglomeraciones, lavarnos nuestras manos con agua y jabón o una solución clorada. Así viviendo estos tiempos tan peculiares que nos confina en la casa ya sea mediante el trabajo a distancia, florece en mí la vocación de escritor tan arraigada desde mi etapa estudiantil, bullendo en mi cerebro una serie de trabajos periodísticos que recojan sucesos, hechos acontecimientos o personajes vinculados a la historia de Bayamo intitulando esta saga “Pinceladas Históricas” y para comenzar esta modesta labor escogí a una figura no muy publicitada pero con un carisma inmenso en los anales de Bayamo me refiero a José María Izaguirre, el notable educador bayamés.
“Yo voy a morir, si es que en mi queda ya mucho de vivo. Me mataran de bala o de maldad. Pero me queda el placer de que hombres como usted me hayan amado”.
José Martí en carta a José María Izaguirre el 30 de mayo de 1894.
José María Izaguirre nació en Bayamo, el 25 de abril de 1828 en una casa que estaba ubicada en la calle de Santo Domingo (hoy José Martí) esquina a San José (hoy José Antonio Saco).
Llevaba el apellido materno. Recibió su primera educación en Bayamo, trasladándose a La Habana en 1842, para terminar el bachillerato. Se graduó de Bachiller en filosofía y letras en 1847. Por razones económicas no pudo terminar los estudios de Juris prudencia y se dedicó a la enseñanza a partir de 1851. Era miembro prominente de la sociedad bayamesa “La filarmónica”.
En 1859 fue el centro de una polémica con el Gobernador militar de Bayamo Coronel Rafael Menduiña en los salones de la “La Filarmonica” que ofrecían un concierto del artista santiaguero Laureano Fuentes e Izaguirre dijo unos versos patrióticos del poeta José Joaquín Palma que molestaron al gobernador.
Continuará este artículo en sucesivas emisiones.
Por Tec. en servicio archivísticos: José Manuel Carbonell Corrales.